Un cambio de vida.


Este escrito se lo dedico a un amigo especial que nos dejó este día; un amigo que a pesar que no hablaba estaba ahí, que movía la cola y con una expresión de ternura hacía que cualquier momento se transforme. Aunque hacía travesuras con su cariño compensaba todo mal rato, su ternura no tenía límites y su calor se sentía a pesar que no podía estar siempre cerca de él.

Recuerdo cuando lo llevé en aquella cajita café, yo preocupado puesto que tenía pulguitas lo llevé a un veterinario; esperé a que quien lo cuidaría saliera de su trabajo; este con una sonrisa me agradeció, y a pesar que se le orinó encima, sonrió y lo aceptó. Fue un día que jamás olvidaré, un día que cambió mi vida.

Con el tiempo estuve pendiente de cómo crecía, de sus visitas al veterinario, de sus vacunas, de su comida, a pesar de que yo no era quien hiciera la mayor parte, de alguna manera tocó mi corazón. Recuerdo la primera vez que se enfermó, cuanta preocupación; recuerdo la primera vez que escuché a quien lo cuidaba llorar por él pues parecía que sus genes no eran muy favorecidos. A pesar de eso mi cariño creció día a día, y mi compromiso aumentaba.

Luego, a causa quizá de la inexperiencia, se enfermó gravemente; su cuerpo no resistió y hoy falleció camino al veterinario. Ahora mismo vuelvo a llorar porque, a pesar que no lo vi, pude sentir el dolor que deja su ausencia. Quizá no era una persona pero estaba lleno de amor; pero ahora está allá, en otro lugar que quizá nosotros no conocemos, quizá esté esperándonos. Quizá desde ahí mueva su cola cada vez que sonreímos, y cada vez que lloramos nos envíe su cariño. Será alguien irremplazable. Pero ya descansa, y con este escrito me despido de él.

Gordo, sé que quizá no puedas leer, ni siquiera puedes hablar, pero sé que aún puedes sentir y sé que desde allá nos cuidas como ya lo has hecho.

Es difícil perder a quien se ama, y duele, se siente su ausencia. Por eso es bueno llorar, pero de a poco recordar.

Sí amas algo no dejes que se borre de tu memoria, además, recuerda, el jamás podría soportar el verte triste, de seguro movería la cola tratando de alegrarte, así que tampoco te dejes caer, por el lucha para que su recuerdo viva y cuando le hables a los demás lo hagas para dejarlo en grande. Quizá para el resto fue solo un perro, pero para mí es alguien a quien jamás olvidaré, alguien especial, alguien a quien quiero, una muestra de amor, una muestra de lealtad que a pesar que partió vivirá en el corazón de quienes lo conocimos y quisimos, y aún queremos.


Te extraño gordo. Será duro seguir; tú eres otra razón para salir adelante.

No paro de llorar, pero aquí queda la imagen de un chiquito que vivirá por siempre en mi corazón. =( Sé que los que tengan una mascota me entenderán.

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