¡Oh Edward, te amo tanto, hazme
el amor! –Literalmente es lo que declara Bella a lo largo de las páginas de
este libro que de por sí es una patada directa al (bueno ya saben que va aquí), sobre todo si eres
hombre, a más de las ya muy comentadas estupideces que desprenden sus páginas,
mal elaboradas vale decir; sin duda lo que nos enseña el último libro de la
saga, mismo que lo presté y lo leí por mero deporte.
Breaking Dawn bien podría darle
el nombre a un síndrome muy común en la adolescencia; la auto dependencia a
alguien, o más bien enamorarse de un sentimiento que más bien vendría a ser
algo volátil. Ya he declarado mucho antes que el amor es algo que se da más
bien por el tiempo, cuando nos adentramos a conocer y apreciar a una persona
por lo que en realidad es, más no por lo que nos causa a la primera impresión. Cosa
que no ocurre en ninguno de los libros de la saga crepúsculo. Empezando porque
manejan una línea temporal irreconocible, luego porque Bella desde el primer
momento queda flechada a Edward sin siquiera saber de donde viene, cuales son
sus gustos. Es más, en todos los libros nos reflejan una relación demasiado
absurda y aburrida. Creo que lo más interesante es ver como en el segundo
Edward se aleja provocando que, de manera casi igual de enfermiza, Bella se
fije en el único tipo que “le tira los perros”, Jacob, para luego llegar a los
extremos de querer quitarse la vida.
Simplemente una visión un tanto
retorcida e inmadura, mal de parte de su autora pues no es ninguna jovencita
que se diga; más bien, siempre se sabe que un libro refleja los deseos de su
autor, su forma de pensar y demás cosas, lo que nos puede decir que Meyer se
fija más bien en la billetera que en cualquier otra cosa; y que no venga
ninguna púbera a decirme que no es así cuando textualmente Edward exclama que
Alice nunca les deja ponerse la misma ropa 2 veces.
Pues para ti, niñita adolescente
que cree que eso es literatura, aprende primero de los grandes antes de fijarte
en los chicos, y con eso me refiero a que leas verdadera literatura antes de
pretender que el mundo es como lo lees en crepúsculo. Aquí es donde entro al
tema. El síndrome de Breaking Dawn, para mí se basa en ese mal pensar que una
relación debe ser siempre color rosa y perfecta, que el sexo se basa en golpes
de partes de un vampiro que bien podría romperle la columna a alguien, que
aparte que tiene erecciones sin siquiera tener sangre en su cuerpo, y aparte de
eso deja embarazada a una chica. ¡Qué logro! Un vampiro que puede eyacular con
su miembro totalmente flácido, que no mata a su amante o por lo menos destroza su pelvis
a causa de la fuerza tal que aplica en la relación, misma que rompe la cama, y
que para colmo solo le deja unos cuantos moretones. Es que más estúpido el
libro no puede ser, faltando a cualquier principio de humildad y biología,
enseñándole a la juventud que tienes que ir irresponsablemente detrás de
cualquier persona que en un principio te llame la atención sin siquiera fijarte
en tus verdaderos sentimientos, para que después, cuando te rompan el corazón,
puedas sufrir lo suficiente sabiendo que el mundo es cruel y no es como lo ves
en crepúsculo. Entonces nacen de nuevo esas ganas de volver a tener un momento
de gloria como en los libros, es ahí cuando vuelves y te metes con cualquier
persona que te pase por el camino, cualquier Jacob, para luego dejarlo y jugar
con muchas personas, hasta que llegue alguien que verdaderamente te haga daño y
te obligue a madurar.
La realidad está muy alejada de
Twilight y su mundo de vampiros brillantes que se enamoran. Incluso Harry
Potter dejaba alguna enseñanza sobre compañerismo y seguir tus sueños hasta el
final aún cuando todo parezca un rotundo fracaso, pero esto, lo único que nos
enseña es a que tenemos que ser dependientes de alguien para estar bien. Deja
de comportarte como Bella, una estúpida niña engreída que cree que el amor de
su vida aparecerá sobre un caballo, o será un vampiro que está lleno de
escarcha, o un hombre lobo con muchos esteroides. Cuando madures y crezcas te
darás cuenta que la vida está llena de desilusiones, que quizá tu primera vez
será un asco o que quizá no te enamores de alguien que cambie su ropa cada día,
ni su familia sea multimillonaria, sino de alguien que te sepa dar algo que ni
tu sabes que es.
Queda claro que estoy en contra
de literatura tan perjudicial como crepúsculo, y que quisiera ver a Stephany
Meyer en la calle por ganar fama de algo que de por si es una soberbia
estupidez. Dejen el trauma de Breaking Dawn, porque la vida es totalmente
diferente… Y sin sangre créeme, nunca podrás quedar embarazada.
=)!
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